sábado, 23 de julio de 2011

Lo mejor y lo peor del día

Cuando mi hermana era chiquita, mi mamá estaba preocupada porque ella contaba pocas cosas de su vida diaria en el colegio. Así que, para hacerla hablar, durante las cenas adquirimos una costumbre: cada uno tenía que contar lo mejor y lo peor que le había pasado durante el día. Era indistinto quién empezaba y quién venía después, si se relataba primero lo lindo o lo feo. No importaba. Todos hablábamos, todos escuchábamos. Era una buena forma de compartir. Y era lindo. 
No recuerdo cuándo ni por qué dejamos de hacerlo.
Después vinieron tiempos en los que durante la cena se discutía. Y después quedó vacío un lugar en la mesa. Y después yo llegaba tarde y cenaba en mi habitación, arriba de la cama y mirando la tele.
Y después me fui.

Desde que vivo sólo conmigo misma, para cenar trato de sentarme en la mesa, no mirar televisión ni tener la computadora cerca, no leer ni hablar por teléfono. Como, nada más. Y pienso.
Aprender a convivir con el silencio, con la quietud, con la soledad, es tan difícil, tan valioso, que a veces es demasiado.
Hoy mientras cenaba pensé en qué había sido lo mejor y lo peor que me había pasado durante el día. Intenté decirlo en voz alta, pero se me armó un nudo en la garganta.
Creo que en realidad, eso fue lo mejor y lo peor que me pasó en el día.

4 comentarios:

claudia strauss dijo...

Te amo hiji,y que lindo fue recordar.....

CK dijo...

Se me llenaron los ojos de lágrimas, sabés? Yo también vivo sola con mi alma.

Sofía M. dijo...

Me gustó mucho. A mí me da un miedo el momento de la comida! (también sola)

Dicotomínica dijo...

Sos muy dulce...
me diste una genial idea para que me siente a comer, en vez de comer mientras cocino...
se agradece.