Hoy, mi
casa y yo, festejamos nuestro primer aniversario.
Hace
exactamente un año, embalé mi vida entera
y me entró
toda en una camioneta.
Catorce
cajas, dos valijas, y algunos muebles.
Un
sorpresivo calor otoñal.
Sábado a la
mañana con la radio a todo volumen.
El sol a
todo volumen.
Una pared
amarilla.
Mis viejos,
un par de amigos.
La caja de
herramientas, el polvo.
Libros,
ropa, adornos, el colchón en el piso.
Cada cosa
en su lugar.
Compramos
empanadas para el almuerzo.
Comimos en
la terraza y también tomamos mate.
Charlamos
de cosas que no recuerdo.
Yo salté de
alegría, con mi sonrisa de oreja a oreja.
Alguien
tocó la guitarra.
La noche
trajo un vino y el brindis.
Como un
sueño.
Tan cliché.
Se fueron
todos.
Me acosté
en el piso del living y me reí a carcajadas.
Las
lucecitas de navidad titilaron al ritmo.
Y ahora
qué?
El espejo
me mostró mi alivio.
Llegué.
El día más
feliz de todos los días.
El primer
día del resto de los días.
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chin chin
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