jueves, 22 de diciembre de 2011

Mausoleo

Yo hubiera preferido que, al igual que en las películas, mi habitación en la casa de mi mamá hubiera quedado idéntica a como era antes de que me fuera a recorrer mi propio y adulto camino edilicio. No sucedió de esa manera. El primer motivo fue que me llevé todo (menos la cama y un perchero de pie que a veces extraño), el segundo fue que mi mamá, después de tanto imaginar y fantasear con lo que haría en ese espacio, encontró en su nido mitad vacío, la forma de ganar plata. Inquilinos extranjeros, pasajeros, hijos temporales, preferentemente mujeres, excusas para que las peleas familiares se mantengan en tono bajito y se hable lento en las cenas haciendo un uso correcto del castellano. No sea que los huéspedes se vuelvan a sus países de origen con una idea errada de cómo es la vida de una quinceañera y de otra que ya pasó el ecuador de su existencia, acá, en la Argentina vestigiada de crisis.

Es divina –me dice la vieja al teléfono- venite a cenar así la conocés.
No me interesa conocerla, ni a ésta ni a ninguna. Y no es de celosa. Yo cuando voy a cenar quiero charlar con mi hermana sin tener que frenar para explicarle a nadie lo que significa “chapar” ni “embole”, quiero deleitarme en la conversación cargadísima de dobles sentidos con mi madre y no preocuparme porque alguien se está quedando afuera, quiero contar mis intimidades sin terceros. Es que las extraño, a ellas, no a ellas más uno.
Al final era cierto: la chica era divina, así que me dio pena que estuviera durmiendo en mi colchón hundido tan de toda la vida. No me siento desplazada, ni siquiera usurpada. Sólo me da escalofríos asomarme a la habitación y no hallarme, escuchar el eco que retumba al hablar ahí adentro porque mis libros ya no acustizan las paredes. Es el mausoleo de mi adolescencia, pero yo ya no estoy ahí, cual alma desprendida de un cuerpo.
Creo que el problema no es el hecho de que haya alguien viviendo en el que aún sigo sintiendo mi lugar, el problema es que voy dejando de sentirlo mi lugar, y no entiendo muy bien si mi nueva casa empieza a suplir esa función, o si hay algo que está funcionando mal.

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