miércoles, 27 de julio de 2011

Te cambio una excusa por una canchereada

Hacerme la linda me sale bien cuando voy al video. Y ahora mi nueva costumbre es ir todos los días.
El chico que atiende, no el de las camisas de leñador, que dicho sea de paso tiene novia, sino el rarito divino que toca la guitarra (que al final creo que es el mismo que tiene un no se qué y me mira con ese no se qué... y no es taaaan divino) me convenció de comprar un abono: sesenta pesos a cambio de veinte pelis durante un mes. O sea, él me vendió veinte excusas para que yo baje y me haga la linda cada vez, y yo le compré veinte recomendaciones cinéfilas para que cancheree conmigo todo lo que él quiera. Buen negocio.

Excusa/Canchereada 1:
Sé que me está mirando el culo mientras elijo alguna peli, me doy vuelta, y sí, quedate tranquilo que era obvio, yo también te miraría el culo. Cruzamos dos palabras tipo "qué querés ver" y "algo bueno pero livianito". Directiva fácil, rápida. Me dio la última de Darín. A lo seguro, las críticas lo avalan.


Un cuento chino (de Sebastián Borensztein):
Una dinámica conocida y ya muy usada, donde el protagonista tiene una vida estructurada (que por lo general se corresponde a su neurosis) pero de pronto sucede algo inesperado, casual, que lo cambia todo. Al principio el protagonista se resiste a la nueva situación con mayor o menor dificultad para lograrlo, pero siempre termina cediendo, y nosotros, como espectadores, presenciamos el proceso de cambio con admiración. Hacia el final suele haber un momento en que parecería que todo eso que cambió, sigue su curso o vuelve atrás, pero en realidad, la historia termina con los frutos que dejó ese hecho repentino en la vida del protagonista. Todo muy feliz.
Una dinámica conocida y ya muy usada, pero en este caso, genialmente desarrollada. Una linda historia, simple pero extravagante, con algunos detalles imperdibles y un dejo irónico que arranca sonrisas.
Le doy unos siete puntos y medio y creo que debe verse un domingo a la noche comiendo chocolate.



3 comentarios:

Unknown dijo...

A mi nunca me toco una minita con esos no sé qués en los videos.
Siempre fui mas de ir a videos donde había flaquitos símil Somalia, con bucitos Adidas de colegio de 1974 con una barba de la ultima vez que se baño (unos 3 días ponele). El ambiente envuelto en un vapor sahume-porro y una luz que apenas te deja ver los títulos (y el culo de alguna clienta en mi misma situación)

La otra opción que tenia era un video que lo atendía un estudiante de cine o fotografiá frustrado de profesión. Pelos enrulados e igual que el anterior barba de la ultima vez que se baño (4 o 5 días). Remera negro-gris de banda o con afiche de pelicula, con zapan cervecera entallada.

En ambos casos lo peor que podías hacer era pedirle una recomendación porque A) Buscaban la forma de demostrarte que nunca ibas a ser digno para su criterio cinéfilo y lógico, si le estas pidiendo "recomendación". B) En su salsa empezaban con la cátedra de actores, directores, una sinapsis y las perlitas o curiosidades como "esta es la novena peli en donde Woody Allen pone un personaje de si mismo!!"

Me fui a la mierda
En fin... nunca una minita como la gente, por eso me quedo con cuevana.tv y ya!

(me quedo idea para un post)

Caribe dijo...

Petardito! Yo me quedaría con cuevana, si no fuera porque mi soltería se babea en estos flaquitos como la gente, que tienen un video de barrio pero muy palermitano.
Y descubrí que también atiende una chica, en un horario en el que nunca voy, y es una copada.
Pero entiendo de lo que hablás, me pasó también.

Danila dijo...

Voy a agregar un dato de color, en esa película aparece gigante una pintada en una pared que hizo mi novio que dice SOY UN SEXOPATA L.P.K.F. (traduzcase, Las Patas de Kunfú, banda donde canta y toca el acordeón -y escribe paredes).
La realidad es que Darín los apadrina. (sí, cómo no!)

Así está el país.

Ahora voy a dejar un comentario de llamada telefónica a programa de tv: leo siempre tu blog, me encanta.