viernes, 18 de noviembre de 2011

Ah, cierto.

Hubo un ratito.
Antes de abrir los ojos.
Un minuto de regocijo
envuelta en la colcha,
escapando del frío.
Dejé ir el ensueño
que ya se mezclaba con el reloj,
imágenes mareadas
que volvieron sin tener sentido.
Ese rato de ojos cerrados
sintiendo la claridad del día,
resistiéndose a despegar los párpados.
La incertidumbre de un sueño
el esfuerzo por recordar.
Que no se vaya.
La conciencia del cuerpo.
De la mente.
Cambios de posición y almohadas.
Los ojos aún rebeldes a mirar.
Nada estará distinto cuando se entreguen.
La habitación que rebalsa.
Muebles, ropa, libros, posters.
Resabios de mi adolescencia.
El techo de vidrio sin cortina.
La vista sin horizonte.
Mi habitación.
Siempre igual.
Desordenada.
Sucia.
De memoria.
Diez años de habitación.
Mi habitación.

Abrí los ojos.
No estaba ahí.
Dónde estoy?
pensé.
Dónde estoy?
Dónde.
Esta no es mi habitación.

Veía mis cosas.
Supe que eran mías
porque estaban dispuestas
como yo las hubiera dispuesto.
Sigo soñando,
pensé.
Esta no es mi habitación.

Ah, no.
Cierto que me mudé.

2 comentarios:

Tom dijo...

Se la ve feliz.

Anónimo dijo...

No puedo eserar a mudarme y que mis viejos se dejen de romper con el orden !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! -.-
firma: la desordenada