lunes, 21 de noviembre de 2011

Usted no tiene permitido realizar esta llamada

Resulta que me cortaron el teléfono de casa.

La verdad es que hoy por hoy, con este asunto del celular, no es que te quedás incomunicado, y además nunca llamo a nadie desde mi casa, de hecho creo que tardé muchos días en darme cuenta. No es ese el tema, el tema es que me hayan cortado el teléfono.

O sea, hola, me olvidé de pagar la cuenta del mes anterior. Mirá si me cortaban internet, imaginate la catástrofe. ¿Se entiende? Me olvidé, pero de esos olvidos que son absolutamente suprimidos, hubiera apostado mucha plata jurando que lo había hecho.

No es mi culpa. ¿Qué pasó con mis padres vestidos de angelitos revoloteando sobre el lado derecho de mi cabeza, arengándome a fines de volverme responsable? ¿Es que de pronto son desplazados por un disquito genérico del otro lado del tubo que dice "usted no tiene permitido realizar esta llamada"? ¡Qué me retás chabona, vos no sos mis papás! Igual mi papá cuando se enteró me retó, y yo traté de defenderme argumentando que no fue mi culpa. Nah. Es todo culpa mía. Soy morosa, pero por lo menos la factura no está a mi nombre.

Siempre que me pasan estas cosas me pregunto cómo voy a hacer para tener a cargo a un hijo, aunque no tenga nada que ver, porque en el fondo sí tiene que ver, no saben lo que me está costando revivir a esa planta que maté con riego suprimido. Cómo voy a hacer para hacerme cargo de un pendejo si no soy capaz de acordarme de pagar el teléfono, por dios, voy a tener que pegarme un post-it que diga "darle de comer al nene" en la frente. Quizás no es tan ilógico el tema de las pastillas anticonceptivas al fin y al cabo, lo único que me falta es quedar embarazada. No, me muero. No me malentiendan, quiero tener hijitos, pero primero estaría bueno que viva la planta y después practicar con un gato, digo, por las dudas.

Volviendo al tema que me convoca, me cortaron el teléfono. El trámite para reincorporar el servicio es muy fácil: vas, pagás y después llamás a un cero ochocientos para avisar que pagaste, durante las siguientes ocho horas se desvanece la voz de la tipa que te reta apelando a tu sentimiento de culpa judía.

Una vez pasado ese tiempo, quise probarle a mis papás que sé resolver las cagadas que me mando, así que iba a llamarlos a sus respectivas casas y les iba a decir "a que no sabés desde dónde te estoy llamaaaaandoooooo". Tenía unas ganas locas de charlar por teléfono y enroscar el cable mientras, seguro que me agarró eso por la abstinencia. Y también estuve pensando en que nunca consumo todos los minutos que pago, así que ahora voy a hablar más a propósito, para que no me roben la plata.

Pero no. Quise llamar y no pude.

Laputaqueloparió. Ahora qué? Ahora no me funciona el botón del 4. Puto aparato. Si le doy unos golpes empieza a funcionar el 4 pero deja de funcionar el 2. Todos los números de teléfono tienen 2, bueno, 4 ni hablar, pero el 2 no parecía tan fundamental a simple vista. Por suerte el número de delivery de Peruanito Ray no tiene el 2, de hambre no moriré.
No saben lo bien que se come en Peruanito Ray. Fuimos con G el otro día y la flashié.

Bueno, no puedo llamar a nadie, así que si quieren llámenme ustedes.
Era todo para decirles eso.
Beeeesiiis.

2 comentarios:

Principito dijo...

Acabo de comentar algo bien largo pero blogger se comió mi texto y me devolvió un error! GRRR!!!!
Ves? Estaba más güeno cuando para estar ONLINE uno "cazaba" el tubo y metia un dedo en unos agujeros con numeros y giraba el disco.

Andrea dijo...

De todo lo que escribiste sólo me quedé pensando en el peruanito ray. Queda a ocho cuadras de mi depto. POR TU CULPA VOY A SER POBRE Y GORDA!