domingo, 26 de febrero de 2012

Ying Yang


El calor es insoportable al sol, la brisa no logra neutralizarlo. Me corro a la sombra y el viento torna necesario un abrigo que no tengo. No hay punto medio, la histeria climática.

Acomodo la silla justo en el límite y me siento. La mitad de mi cuerpo al sol, la otra a la sombra. El juego de luz me convierte en una especie de ying yang viviente. Pienso en el equilibrio, en la distribución proporcional de la felicidad y la melancolía.

Es una pugna.


El tiempo sucede, pronto quedo fuera del alcance del sol.
Me abrazo a mi misma para subsanar la victoria del frío.
Me abrazo a mi misma para aliviar el triunfo de la tristeza.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hermoso

Café (con tostadas) dijo...

pienso que nunca había pensado que el equilibrio, en vez de ser un confortable punto medio entre dos extremos, sea sólo una justa dosis de ambos puntos de incomodidad.

En vez de exacto medio climático, una mitad sufre de calor, la otra de frío y parece que compensan.

No sé si me convencen la idea.
No sé.

Caribe dijo...

Gracias Luis.

Cafecito, yo tampoco sé si mi convence la idea, no sé. Por lo pronto es una sensación inquietante, no una idea. :)