viernes, 30 de septiembre de 2011

Encontré esto escrito en un borrador de mi mail con fecha de hace 4 meses. Parece que nunca lo mandé. No habré sabido a qué dirección mandarlo.

Si nos cruzáramos un día, podríamos enamorarnos durante quince estaciones de ida sin correr la mirada.
Enamorarnos durante dieciocho baldozas como interfaz, y después darnos vuelta para seguir mirando.
Si nos cruzáramos un día, podríamos enamorarnos con la liviandad de jugar valiendo todo.
Y aún así no apostaríamos nada.
Así que mejor, no nos crucemos ningún día.
Prefiero que vengas a mi casa y no hacerle una oda a la ucronía.

No hay comentarios: