jueves, 18 de agosto de 2011

Subterránea

Me pasé dos estaciones de subte a conciencia, sólo para terminar el libro que estaba leyendo. Después de la última palabra lo cerré, sonreí, lo apreté contra mi pecho, me dió un escalofrío y recién ahí me sentí preparada para abandonar las entrañas de la ciudad.

5 comentarios:

Magg dijo...

No hay peor sensación que terminar de leer un libro de esos que te vuelan los sesos.
Amo leer, pero me da taanta tristeza...
Aclará despues cual libro asi tengo alguna recomendacion :P

Caribe dijo...

Terrible y hermosa sensación.
Al costadito del blog tenés una columna con todo lo que voy leyendo. Esta vez en particular fue Los sinsabores del verdadero policía, de Roberto Bolaño.
Saludos!

Martino dijo...

Yo lo que hago, porque soy cobarde, es bajarme y terminar el capítulo en el banco del andén. Es menos arrojado que seguir en el subte, pero también tiene menos probabilidad de hacerme llegar tarde... Lo tuyo siempre lo pienso y nunca me animo.

Principi dijo...

"Lectura" (para Berro)

La lectura se interrumpe
La mirada al vacío
Mueca de sonrisa…

Una Idea ha penetrado
Se acomoda
Desacomoda otras
Atraviesa
rompe
Compone
descompone
Consiste
desconsiste
Seduce
obliga
Apura
apuna.

Llegó y se queda.
Basta.
No se tolera.
Vuelta al libro.

Persiste.
Destello.
Nueva sonrisa,
la misma,
toma un último impulso
previo al esplendor de la retirada.

Continúa la lectura.
Comunión.
La idea sangra.
En su recorrido ya tiene vida propia.

Caribe dijo...

Martino, atrevase que es magnífico.
Principi, el antiguo principito? o quién? Lindo poema. Gracias.